"Si antes teníamos a marco polo imaginando ciudades escritas para el gran khan,
ahora tenemos a oskar alegria soñando ciudades visibles
para nosotros, que somos viajeros sin escalas,
observadores implacables de todos los trazados contemporáneos.
Y el París de oskar alegria es tan idéntico al mío
que no debería ahora decir más que esto: que es el mío.
Es el París que creía que sólo estaba en mi mente, es decir,
que imaginaba que podía estar en alguna parte,
pero que sospechaba que no estaba en ninguna,
y que ahora resulta que no sólo tiene un lugar visible
en la poética del amigo, sino también una lámina de existencia triple,
pues es el París que conozco, el del viaje mental conmigo,
y el del viaje en común con el amigo".
enrique vila-matas, escritor